sábado, 12 de septiembre de 2009

Pequeñas Idiosincracias

Imagen tomada de aquí

No he podido esperar y he decidido comenzar a transladar las anotaciones de mi viejo cuaderno, donde ha encontrado refugio una que otra inquietud. La primera de ellas, en orden de aparición, resultó de leer "La Tregua" de Mario Benedetti (primera de muchas recomendaciones), y de imaginar a Avellaneda, la joven de la historia, de la cual me enamoré perdidamente gracias a la incomparable narrativa de este escritor.

Ignoro si existe una categorización antropométrica de la belleza femenina publicada en las páginas centrales de alguna prestigiosa revista científica, sin embargo, me atrevería a decir que las hijas de Eva se asocian con Cupido para atentar contra nuestro sano juicio de tres maneras distintas.

Están esas mujeres cuya belleza capturan los ojos del más distraído y deslumbran el espíritu del menos interesado; te golpea, te podría matar incluso, en un instante irrumpe en el firmamento como un rayo. Detienen el tráfico y acaparan los piropos de los albañiles.

Otras mujeres se acompañan de cierta incertidumbre, igual te vuelven loco, pero no sabés el por qué. Ese es el caso de Avellaneda, de acuerdo al autor, carece de un rasgo lo suficientemente intenso como atraerte compulsiva y totalmente , en cambio, cada atractivo se apoyaba en otro para formar "una suma insustituible", como notas taciturnas de una sinfonía, como tonos opacos de una obra maestra.

El último de los casos, cuyos resultados se ven condicionados a la paciencia y dedicación del observador, se refiere a una belleza más sutil, visible para aquel que guste del placer de la espera, en la que Cronos trabaja para hacer que luego de un tiempo, cada imperfección de esa mujer a la que contemplás, se vuelva el más hermoso de los atributos...simplemente infalible. Es ese diente ligeramente desalineado y un tanto inclinado hacia la izquierda, en el que se posa la luz cada vez que sonríe, y su reflejo calienta tu rostro. Son esas manchas en su espalda, cuyo contorno dibuja siempre lo que querés ver, algo así como las nubes de las tardes de verano. Es cuando te das cuenta de que en sus peores días, por desgracia, se ve mejor que nunca, cuando la furia en sus entrañas se convierte en un dulce arrebol en sus mejillas. Son esas "pequeñas idiosincrasias"* que "la gente llama defectos, pero realmente son lo mejor"*.

*Parte del diálogo entre Sean y Will sobre el tema de "la perfección", en la película "Good Will Hunting". Definitivamente otra recomendación.

El Origen


Imagen tomada de aquí
Cuenta Platón, que en el tiempo en que nacían las estrellas, caminaban sobre las planicies del mundo unos seres esféricos, con dos caras, cuatro brazos y cuatro piernas, hijos del Sol, la Tierra y la Luna. Eran fuertes y valientes, tanto así, que un día cualquiera, la soberbia los impulsó a escalar el Monte Olimpo, y un bloque indomable se abalanzó sobre los riscos, con el propósito de destronar al dios Zeus. Cuando Zeus se percató de sus intenciones decidió desatar la más la más poderosa de las tormentas. Los rayos caían sobre los invasores como hojas afiladas, partiendo sus cuerpos en dos, y los vientos torrenciales levantaban los restos del atrevido ejército y los esparcía de horizonte a horizonte. Es así como desde ese entonces somos solo una "mitad", condenada a buscar su complemento a través de los confines del espacio y el tiempo, guiados por una fuerza universal que aún actua entre cada par.

Mi madre tiene una versión más simple de la historia, ella lo resume en una sola frase: "Siempre hay un roto para un descosido", y hace referencia a que, sin importar la situación, siempre existe alguien para cada uno nosotros, alguien que espera nuestra llegada o marcha esperanzado hacia nuestra puerta.

La verdad, no sé si todo esto es cierto, no sé si las casualidades o el mismo destino nos conducirán hacia nuestra "otra mitad", pero creo que a diario, de una u otra manera, tratamos de encontrar una parte que sentimos que nos falta...una pregunta, una respuesta, una ilusión o una verdad. Por eso este espacio, para todos los "rotos" y descosidos".